Conociendo a William Basker + relato

¡Hola, hola!
¿Cómo estáis?
La semana pasada os hablaba en este post (y en vídeo), sobre las colaboraciones que empezaba a realizar con reseñadores (porque con algunas editoriales ya colaboro) y hacía un breve llamamiento a los escritores (profesionales o amateurs) que quisieran publicar relatos o historias en el blog.
Pues bien…

¡Os presento al primer escritor! 😀

Esta presentación, como ya imaginaréis, me hace también muchísima ilusión porque, como ya os comenté ME ENCANTA que queráis, primero, colaborar y, segundo, usar el blog como medio para publicar.

De verdad, ¡¡infinitas gracias!!

¿Cómo conocí a William Basker (Juan Antonio B.)?

Un día, no hace mucho, me llegó un aviso vía Google+ donde, Juan, me compartía un relato (junto a más internautas).
Sin dudarlo, lo leí y, ¡ostras!, me encantó.
Un relato totalmente diferente a lo que normalmente leo, de novela negra, pero de la antigua…
Y pensé, «¡quiero comparirlo! Le propondré, si le interesa y le gusta la idea, publicar en el blog»
Y, efectivamente, bastó un sólo e-mail para que aceptara la invitación 🙂

Os dejo con este relato, el primero que leí de WB:

Un golpe de suerte.
Estaba harto del negocio que se traía entre manos y deseaba, más que nada en el mundo, quitárselo de la cabeza cuanto antes para poder descansar. Al salir de su casa percibió una suave llovizna en el rostro. Difícilmente podía pasar desapercibido el abultamiento en el bolsillo derecho de su desastrado gabán. Éste, como casi todo su fondo de armario, tendría que ser renovado con perentoriedad, so pena que fuese confundido con un indigente. En cualquier caso, su cabeza no estaba para desvaríos estilísticos.
El peso del Magnum 44 que llevaba guardado lo anclaba a la realidad más inmediata y evitaba que su mente divagase pensando en minucias. Ya habría tiempo para eso cuando finiquitara este escabroso asunto. Había escogido ese revólver, con un calibre más que suficiente para matar a un oso, porque estaba harto de aficionados y contratiempos sobrevenidos. Esta vez lo haría él mismo y no quería fallar. De ahí, entre otras cosas, la elección del arma; un revólver necesariamente letal disparado a bocajarro. El destinatario del regalo se había librado, por dos veces, del destino al que su indiscreción y escasa lealtad le habían abocado. Un oportuno chaleco antibalas y la impericia de los estúpidos advenedizos con pistolas de juguete a los que se les encargó la faena, habían dejado el trabajo a medio hacer y eso era algo imperdonable en su oficio. El prestigio de su nombre había quedado malherido y había que restañar esa herida sangrante por la que su orgullo se estaba desangrando a marchas forzadas.
Pudo reconocer a su presa en la esquina del callejón cuando salía del garito en el que habituaba a dejarse los cuartos. Llovía con desgana. Aún así, prefirió no usar un paraguas ya que podría entorpecer sus movimientos. Ya habría tiempo luego de secarse, cuando volviese a casa. Rapidez y precisión eran su lema. Siempre había funcionado con pocas palabras y gestos precisos. Ahora, precisamente en este momento, no iba a cambiar de táctica.
Apresuró la marcha para seguir de cerca a su víctima mientras ésta se adentraba en el oscuro callejón con paso acelerado, como si tuviera prisa o estuviese huyendo de alguien. Sacó discretamente el poderoso arma de su bolsillo. La sensación de poder que emanaba de empuñar su revólver le tranquilizó un poco. Justo en el momento en que cruzaba la carretera, el destinatario de la bala se volvió con el gesto demudado aunque, en la oscuridad, pudo atisbar en su semblante un extraño esbozo de sonrisa que le descolocó un instante.
Se disponía a cumplir su misión, ya que sólo tres metros le separaban de su objetivo. Ahora tocaba ser rápido y letal. En ese preciso instante, al intentar evitar un charco y subir al bordillo de un salto, resbaló aparatosamente sobre la calzada. Aturdido por el golpe, no le dio tiempo a levantarse cuando un coche sin luces apareció de la nada y acabó en un segundo con todas sus preocupaciones. Podía descansar en paz; ya era hora. – Juan Antonio B.

¿Qué os ha parecido?
A mi, de verdad, me encanta.

Podéis leer todo lo que escribe y publica en su blog:
www.edupsique.blogspot.com
Podéis seguirle en Google + (+juantobe1) y en Twitter (@WilliamBasker)

Millones de gracias, Juan, por querer formar parte del blog 🙂
¡Un abrazo!

Firma ATurquoise

 

10 comentarios en “Conociendo a William Basker + relato

  1. ¡Hola!

    En primer lugar, gracias por compartir este espacio y por acercarnos la lectura de tus colaboradores. ¡Enhorabuena! Me parece algo estupendo.

    Juan Antonio es uno de mis escritores amateurs preferidos, por no decir que destaca considerablemente entre ellos; arrasando. Sus textos me encantan y consigue que me enamore de sus letras en todos los estilos que narra. Presenta versatilidad y belleza enlazando las palabras, algo que me apasiona cada vez que leo, es capaz de envolverte con la historia y atraparte… todo un hechizo de magia.

    Me ha encantado ver que es el primer colaborador. Gracias, Juan Antonio, una vez más por compartir con nosotros tus textos.

    Espero que lo disfrutéis tanto como yo.

    Saludos,

    Soraya.

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