¡Hola, hola y feliz Miércoles!
Hoy volvemos a hablar de cine y, como ocurrió en Julio, no es que hayan sido unos meses demasiado peliculeros, peeeeero, bueno…

En el mes de Agosto, ya que estuvimos bastante enganchados a series y no teníamos tiempo de todo, le dimos la oportunidad a la tercera (y última) parte de…

El Corredor del Laberinto: la cura mortal de Wes Ball

Después de sobrevivir al Laberinto y al Desierto, Thomas se encuentra separado de sus compañeros, los Habitantes, y no puede confiar en la organización CRUEL, que ya le ha engañado en repetidas ocasiones. En este momento lo más importante es encontrar la cura definitiva para la Llamarada, la enfermedad mortal que asola a la sociedad que le rodea. Para poder aplicar todo lo aprendido durante sus aventuras, Thomas tendrá que enfrentarse a un reto final, pero alcanzar la verdad no será nada sencillo.

Creo que, sin pensarlo demasiado, me quedo con la primera entrega: todo el mundo del laberinto, lo que hay más allá, secretos y mentiras… Cosas, hechos, tensión que vamos viendo disiparse poco a poco…

En esta tercera entrega nos encontramos ya fuera, por completo, del laberinto; sabemos que hay civilización y que había sido, como bien nos daban a entender en la segunda parte, una prueba pero, ¿para qué?
Pues, resulta, ¡que hay zombis! Bueno, bueno, de acuerdo, no zombis de los de siempre, es un virus. Pero, en definitiva, zombis……………….

Como bien os comento, según mi parecer, toda la fantasía y lo que hacía la saga algo (sólo algo) diferente, desaparece.

Es entretenida, eso no lo vamos a negar, y los efectos especiales, así como toda la ambientación, es genial, pero… Tiene ese pero, esa pizquita que hace qe le falte algo.

¿La habéis visto o queréis hacerlo?
Cosa a tener en cuenta: si vais a verla, refrescad la memoria con las otras dos películas, id con los deberes hechos, porque no explican nada de las dos últimas entregas. Y te pierdes un poco. ¡Avisados quedáis! 😉